La primera alerta se activó en junio de este 2021. Ese mes, los policías que resguardan la seguridad externa de la cárcel de Cotopaxi visualizaron en el aire un dron. El dispositivo permaneció por unos segundos en el aire y luego se marchó.
Tras lo ocurrido, los agentes realizaron una requisa y encontraron pequeños paquetes de droga botados en el área del centro de rehabilitación donde sobrevoló ese aparato. Ahora este caso es investigado.
No se trató de un hecho aislado. Hasta julio pasado se reportaron ocho casos en cuatro provincias, sobre todo en las prisiones regionales.
La Policía asegura que este es un nuevo mecanismo que las redes criminales usan para introducir narcóticos a las celdas. El ingreso de esas sustancias y otros artículos prohibidos es sancionado con penas de uno a tres años de cárcel. Así lo establece el Código Integral Penal (art. 275).
Información a la que tuvo acceso este Diario muestra que las bandas se contactan a través de celular con los internos y coordinan la fecha, la hora y el área del centro donde el dron botará la droga. Actualmente, agentes de investigación e Inteligencia analizan esta nueva forma de operar.
Estos aparatos se han detectado principalmente en la noche y madrugada, pues la idea es pasar desapercibidos.
0 Comentarios