El analista Esteban Ron sostiene que si no prospera la destitución, los que la promueven pueden ser señalados como golpistas.
“Unes y una facción de Pachakutik son quienes están activando el mecanismo para la destitución. A mi modo de ver, lo que buscan es presionar para que sea el presidente Guillermo Lasso el que decida la muerte cruzada. Esto porque esa vía es más sencilla de ejecutar que desde la Asamblea. El Legislativo la activa con 46 firmas. Sin embargo, la clave es que el Pleno decida que hay una grave conmoción social.
Hay que tomar en cuenta que se está aplicando la destitución presidencial por vía legislativa. Después de la entrega de las firmas, el presidente de la Asamblea, Virgilio Saquicela, tiene 24 horas para convocar a la sesión.
Pero hay un vacío: la Ley dice que en ese período se convocará; no establece que la reunión del Pleno debe ocurrir en 24 horas. Después de convocada, Guillermo Lasso debe comparecer y si no acude cerrada esa sesión, el Legislativo debe pronunciarse en 72 (horas). Es decir, el proceso por esa vía culminaría en al menos siete días.
En el caso de que no existan los 92 votos, quienes estuvieron a favor de la destitución podrían ser señalados como golpistas, por ejemplo. Por eso, de lo que se trate es de ejercer presión hacia el Ejecutivo. En el caso de que el presidente de la Asamblea decida llamar a esa sesión, el Gobierno debería pronunciarse. En este momento podría ser contraproducente porque podría aumentar la tensión social”.
‘El Presidente puede fortalecerse’
“Las organizaciones políticas que son orgánicas y siguen una línea de decisión conjunta se pueden consolidar con una mejor imagen.
La ciudadanía tiende a desconfiar de la mayoría de independientes porque se convierten en votos que le dan funcionalidad a la Asamblea, pero carecen de una línea clara. Es muy difícil que existan los votos para la muerte cruzada porque no todos los asambleístas tienen la seguridad de que puedan reelegirse.
Actualmente, Unes cree tener la aceptación ciudadana y si se adelantan las elecciones contarán con los votos.
Ahora, si logran la muerte cruzada, podrían verse ante la ciudadanía como quienes salvarán al país de esta conmoción.
Si no lo consiguen, quedarían como una organización política que todo el tiempo estuvo detrás del paro, intentando sacar al Presidente. Es decir, si lo consiguen saldrían fortalecidos en el caso de que logren capitalizar el voto ciudadano. Sin embargo, de no hacerlo, el Presidente podría salir fortalecido. Esto, si toma decisiones con cambios hacia la inversión social para así ganarse al colectivo ciudadano, que salió a las calles durante el paro.
El Gobierno ahora tiene la tarea de convencer a los manifestantes de parar las protestas. Así se evita la conmoción interna y con eso no habría causal. Otra tarea es llegar a un consenso de gobernabilidad con asambleístas”.
Fuenmte: EL COMERCIO



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